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Mostrando entradas de julio, 2015

Una habitación propia

Cuando tenía 19 años leí Una habitación propia de Virginia Wolf. El responsable de aquel encuentro fue Don Paco. Cursaba por aquel entonces primer año de la universidad y estaba, como solemos estar, feliz de haber encontrado el charco en el que siempre quise estar. Eso de la vocación es una negociación constante con el azar. Primero está si uno trae el talento y supongamos que se tiene,  digamos, esto de escribir, entonces... ¿qué putas hacés con eso ? Cada día, con más o menos ejercicios, he procurado honrar eso que creo que es mi estrella. Mi gracia, como dicen las abuelas. Cuando leí Una habitación propia estalló en mi cabeza una marejada de ideas sobre cómo ser siempre esto que se supone que quiero ser. Lo que digo de mí de ningún modo es especial, ni siquiera exclusivo. Somos muchos los que estamos en medio de este circo en el que hacemos malabares para seguir en esto que nos gusta. Prometo que no volveré esto una confesión lastimera (ay, qué manía la que tenemos de derrochar cu