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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Las niñas se fueron

Ser niña es difícil. A veces tienes que aguantar ponerte vestidos feos que te dan picazón en la barriga o que tu papá le compre primero una bicicleta a tu hermano y que para conseguir la tuya debas hacer berrinche. O que siempre debas ir peinada al colegio porque a nadie le gusta una niña con el pelo revuelto. Nacer (ser) niña es una maldición, dijo mi abuela una vez. Me ocupa hoy un recuento cinco casos, de esos que están en los libros y en películas que me gustan. Un chance para repensar este asunto de nacer con vagina. Caso 1: Los hombres grises te roban el tiempo Cuando leí Momo, de Michael Ende, entendí que una niña iba a salvar aquel sitio. Una niña heroína, ufff, eso sí que es fuerte. ¿Por qué no tenemos más heroínas? Tenerlas sería hermoso y maravilloso. Lo que me gustó de ese libro es que Momo tiene que luchar contra la desilusión, contra ser adulto, contra esos hombres grises que representan esta horrenda vida moderna que llevamos. Sí, ser heroína... es que es complica