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Mostrando entradas de agosto, 2010

Soñar con Alberto

Ayer tenía las malas intenciones de contar quién era Alberto. Pensaba y pensaba cuando en eso me arrastró la melancolía. Uno se pone a desempolvar recuerdos porque da gusto repetir la vida. Da placer pensar en el si hubiera... ¿Qué tal si Alberto no va a estudiar ese día que fue a estudiar, qué tal si se queda en casa mirando la tele? ¿Y si jamás me hubiera fijado en el mal carácter de ese muchacho, y si de verdad hubiera dejado de saber de él cuando se fue en un jueves? ¿Qué tal si Alberto jamás me hubiera plantado un beso? Guardamos recuerdos y los desempolvamos siempre. Pensaba en Alberto cuando un amigo en el chat me preguntó qué hacía. Le conté y la respuesta varió en una confesión extraña. Él decía: qué mérito puede tener un fulano con quien nada pasó. Yo le expliqué que no lo sabía, porque a esa edad tan absurda poco entendemos qué nos pasa en verdad. -¿Pensabas que estabas enamorada?, me preguntó. Entonces le dije, consciente de que tengo una docena de años más desde que conocí

Mr. Bojangles

De la boca de Nina Simone te conocí, Mr. Bojangles. Dejé que Bob Dylan me explicara eso de que saltabas tan alto y caías como pluma. Jeff, infinitas gracias por la canción. (Cuántos la han cantado y jamás se aburren. Estate contento, Jeff.) Mr. Bojangles, ahora contiemplo tu rostro y lo que más me gusta es esa sonrisa eterna. ¡Qué dicha bailar así! No hay nada más hermoso que tu zapateo, nada más bello que tus arrugas de felicidad. Date de golpes en la pierna mientras contás la vida, te queda bien divertirte así, Mr. Bojangles. Pero no llorés por tu perro. Vamos, te consigo uno chiquitito de esos juguetones. No llorés. No llorés, Mr. Bojangles. Bailá, por favor, Mr. Bojangles, bailá. "Please, dance, please, Mr. Bojangles..." Con Robbie Williams Con Nina Simone

Telefonear a Dante Alighieri

Cursaba el segundo año de bachillerato (o primero, no sé). El terremoto y la administración del colegio en el que estudié dejaron de lado a la maestra de teatro, a ella y miles de actividades que nos hacían la vida feliz. Ya no entrenos de basquetbol, ya no reuniones del coro, ya no más perder el tiempo en los pasillos por la tarde. Yo andaba deprimida porque hacía meses que no ensayaba para teatro. Aquellos días después del desastre fueron terribles. Tuvimos que recibir clases en salones prestados de una institución amiga, pero que de todos modos no nos gustaba. Riñas absurdas de colegialas. Nada de qué preocuparse. Fue entonces que no sé cómo, o en qué anuncio vi que acaban de abrir una institución llamada Asociación Dante Alighieri. Era un programa para estudiar artes escénicas. Para entrar pedían quinientos colones (ahora entro en duda con los datos porque no sé si eso fue a finales de ese año en que nos dolarizaron; año más, año menos, no lo sé). ¡Eran quinientos colones! Ni eso p

Walk

Wordreference.com tiene lo suyo. Define walk así: walk1 /wɔ:k/ verbo intransitivo (go by foot) caminar, andar (conj.⇒) (esp Esp); (in a leisurely way) pasear ; (go along) ‹hills/path› recorrer (take for walk) ‹dog› pasear, sacar (conj.⇒) a pasear (accompany) acompañar. De todas las acepciones mencionadas las que más me gustan son recorrer y pasear . Ha de ser este mundo globalizado el que me obligó a decir walk y no caminar , y también es culpa de las películas hollywoodenses chafa que evoque junto a esa palabra un semáforo con un hombrecito verde que le indica a los transeúntes que es hora de cruzarse tal avenida en una ciudad tan enorme como Nueva York. Caminar no es lo mismo que dirigirse a pie a algún sitio. No, no es lo mismo. Caminar requerirá de una decisión trascendental: elijo por hoy no usar el transporte colectivo y usar mis piernas para llegar a tal sitio. A mí me gusta caminar. Siempre soñé con vivir más o menos cerca de mi colegio, universidad o trabajo para andar a pi

Aquí corrió...

En mi país tenemos un dicho que reza así: Es mejor decir aquí corrió que aquí murió . Han de saber, amigos, que mi patria es violenta, mucho con demasiado como dicen las gentes. Pero el dicho, en mi opinión, no tiene nada que ver con la muerte en sí misma. "Aquí corrió..." solemos usarlo para defender nuestra aparente cobardía. Aparente, sí, sí, sí, muy aparente. Digo eso porque no siempre cuando uno huye es por temor. Digamos que echar mano de la prudencia no está mal, nada mal. Estaba con mi amiga Anna el otro día en un café y le digo: vos seguís instintos, ¿verdad? (y asintió victoriosa) Yo también, le dije. Y así fue como decidimos replegarnos y buscar en otro lado porque no siempre las buenas sonrisas son las que nos convienen. Yo los invito a que si de casualidad tal fulano o fulana les da de ese miedito raro, o desconfianza, o está medio inseguro... ¡huyan! O si tal proyecto no va, no camina, ¡que se mude! Errantes seremos. Aquí corrimos porque es mejor caminar y hace

Vicios mayores

«Poco importa lo que yo u otros puedan decir. Lo esencial que he de realizar, si no es mutilado, destruido o defectuoso en el breve tiempo que aún me queda, es absorber en mí todo cuando se ha hecho, convertirlo en una parte de mí mismo y aceptarlo sin protestas, ni resistencias, ni temores. El mayor de los vicios es la ligereza. Todo lo que llega hasta la conciencia es justo.» Oscar Wilde, De profundis.

Erratas

Este trabajo a veces da para reírse. Ya lo hemos dicho, nos pagan para no equivocarnos, ahora bien, ¿a los redactores les pagan para decir tonterías? No me vean mal y no piensen que es prepotencia, miren nomás: «Aprovechen las ventajas de lavar su ropa en lavadoras que lavan y cuidan sus prendas por su innovador sistema de lavado .» Le cuento a mi amiga Marie y me dice: «Es mejor lavar en lavadoras que lavan, porque algunas lavadoras planchan, ¿verdad?» (Y después quieren que uno los tome en serio.) Así la vida, en fin.

Trotamundos (o patechucho)

Aquí en mi país tenemos una manera divertida de decir eso mismo: patechucho , que es una contracción de pata de chucho . O sea, pata de perro , pero si decimos pata de perro no es tan chabacán, así que me quedo con patechucho. Es bonito, y más si uno imagina a un perro pulguiento, apestocillo y callejero. De esos que salen a veces en las portadas de los libros de Coetzee. Huesudos y viejos de tanto andar, como este , por cierto, el libro es fenomenal. Mi madre siempre me dijo así, que yo era una gran pata de chucho. Eso significa que me gusta andar aplanando calles, caminar, explorar nuevos mundos. Mi familia siempre fue así, no tener carro jamás nos detuvo. Mi hermano y yo nos pegábamos a mi papá como garrapatas y nos íbamos al estadio, FENADESAL (una estación de tren con cancha, lotería y un gimnasio abandonado), o a la casa de la abuela, o hacer bicicleta de montaña, o paseábamos hasta aquel balenario con un sapo esculpido en piedra. La culpa la tienen mis padres, a quienes siempre