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Mostrando entradas de octubre, 2010

No, gracias

Por hoy no voy a esconderme detrás de una imagen. Basta ya de artificios. Dejaré de lado las metáforas elaboradas, da igual porque no tenés la menor idea de qué canción hablo. A vos no te importa que me gusten los cuentos, te es indiferente que Serrat me ponga triste y contenta a la vez. Vos de mí no sabés nada. Y eso es porque no hablás conmigo. Estoy furiosa. Triste también. ¿Por qué tanta ausencia? ¿Por qué olvidamos tan pronto? A ustedes nunca les veo el rostro: ¿de qué se esconden? Aquí y ahora, eso es lo que quiero. ¿Es tan difícil que salgás de tu vida cotidiana y te tomés un café conmigo? ¿Qué te hice yo para que te quedés en el encierro? Estamos lejos, muy lejos, de conocernos. Extraño el sonido de las risas, extraño mirar a todos lados y ver si allá lejos vislumbro tu rostro. ¿Por qué jamás puedo dejar de ser como aquel zorro del Principito que le brinca el corazón de emoción si prometés que aparecerás a tal hora? Te quiero aquí y ahora. La vida es aquí y ahor

Cardumen

Cuando mi hermano tenía ocho años, le regalaron una pecera. Era grande, de vidrio y traía arena de viva, no de esas piedras artificiales de colores, no. E-ra a-re-na. Nuestros papás la habían envuelto mal en un papel de regalo azul con Santa Clauses pequeñitos. Había un rótulo en el que decía: "Feliz Navidad te desea Santa Claus". Reconocimos la inconfundible letra de nuestro padre. Ese día descubrimos que Santa Claus, el de traje rojo, es un fraude. En la pecera había diez peces. Dos con cola de espada, uno blanco que hacía pareja con un negro; dos que parecían tigres, tres color naranja con cola negra y otros que no recuerdo. La pecera traía algas marinas y de todo, a mí me gustaba jugar a meter la mano y perseguir pececitos. Por eso me gané tremendas regañadas del tío Jorge. Siempre nos ponía en mal. Uno a uno los pececitos se fueron muriendo porque no los cuidábamos bien. Un día nos quedamos sin ninguno, y mi mamá, al vernos tan mal, nos compró una emocionante pare

Hábitat

Sredni Vashtar Soy inadaptada. Dice la Rae:   inadaptado , da .  1.  adj.   Que no se adapta o aviene a ciertas condiciones o circunstancias.  Condición contraria,   adaptar : 1: Acomodar, ajustar algo a otra cosa. 2 Hacer que un objeto o mecanismo desempeñe funciones distintas de aquellas para las que fue construido. Me quedo con la acepción dos: hacer que Fulanita desempeñe funciones distintas para las que fue construida.  Por eso digo que soy inadaptada.  Mi viejo me contaba la historia de que uno viene aquí a este mundo a cumplir con una misión secreta o no secreta, pero sí una misión. O sea que no podés pasar por esta tierra sin hacer algo significativo que deje huella. Y con lo de significativo me refiero a ser feliz, hacer felices a los demás, poner una cubeta de arena, un ladrillo... lo que sea, por insignificante que parezca.  Ahora bien, uno tiene su función en este mundo; Don Paco lo llamaba asumirse . Desde hace años me ronda eso en la cabeza. ¿Qué es asumirse?