Resulta que me gusta Twitter, sin embargo me da pereza publicar constantemente. Uno, porque no tengo un teléfono con esos servicios; dos, porque hay trabajo qué hacer; y tres, sí, me da pereza. Contra todo eso me animé a escribir un minirrelato de una pasadita de mi vida cotidiana. No es una gran historia, pero sí mi primera historia en twitter, bien de moda que ya tiene premios para periodistas y blablablá. Igual, lo divertido es que puedo hacer oraciones cortas, que tanto me gustan. Lo intenté, y esto quedó. Léase de abajo hacia arriba, ya sabe usted.
Hay multitud de interpretaciones como intérpretes tiene el mundo. El gran intérprete no existe. Ahí van mis distracciones.