Ir al contenido principal

Nuevo año: un saludo necesariamente pesimista

No voy a decir nada inspirador sobre el año nuevo. No voy a desearles un feliz 2014. No voy a bajar santos ni profetas para que me den un buen augurio. No pensaré en Nostradamus. No les diré que les deseo buenos deseos. Tampoco haré una lista lacrimógena sobre las cosas lindas del 2013.

Lo que voy a decirles es que empieza un nuevo ciclo y van a perdonarme la rudeza, pero el fracaso o el éxito no siempre tiene que ver con el contexto. Si yo les deseo feliz 2014 los imposibilito a ustedes de ejercer sus decisiones felices o infelices en ese lapso. Si yo le pido a alguna deidad que no haga difícil ni a ustedes ni a mí este año pues simplemente nos anulo. Y ya saben ustedes qué es el libre albedrío. Hijo, amigo, tío, compañera, colega, crea en lo que usted quiera, pero que no nos sirva de pretexto para la irresponsabilidad.

Yo lo que realmente les deseo para este año es que tengan paciencia. Si van a trabajar, trabajen. Si van a escribir, escriban y corrijan, pidan que del infinito les caiga un buen editor y les diga sus verdades. Que el demonio del orgullo que llevamos dentro no sea tan hijo de puta y nos deje respirar cuando nos digan que el trabajo está flojo. Que la soberbia no nos deje ciegos. Que la pereza no nos deje terminar un buen texto.

Con la gente... ese es otro cuento. Que la paciencia crezca en nosotros como hongo en lluvia e invada todo lo que somos para que los prepotentes, mala gente e imbéciles con los que nos topamos a diario no nos dejen sus residuos. Que no seamos nosotros, por la piedad de la biblioteca de Borges, los mala gente, prepotentes e imbéciles. Y si lo fuimos, poder reivindicarnos a tiempo.

Yo pido sobre todo cultivar las fuerzas necesarias para sortear chambres*de pasillos y comentarios estúpidos. Que la inteligencia emocional nos permita ser gente con los mala gente (yo lo único que quiero es poder escribir feliz mientras ignoro al mundo con unos audífonos Sony que me compraré ya en un ratito).

No, el año nuevo no cambia a la gente. Es uno el que en estas vacaciones tiene que agarrar fuerzas para que la hijueputez ajena y propia no llegue tan lejos. Para que uno no sea esa persona canalla. Para ser honesto cuando se pueda y ducho* cuando haya que serlo.

Los deseos son pensamientos de un quizá. Que esas posibilidades (esos terminados en ía) se conviertan mejor en verbos activos y gerundios formidables.

Vamos de nuevo: al toro, por los cuernos.



*Chambre: habladurías
Ducho: diestro, bueno en algo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Satisfaction

Voy en el cacharro que da la vuelta en la Jerusalén y que llega al centro de gobierno, y en el centro comercial snob ese, por el que mandaron al carajo mi parque para bicicleta, se suben dos chicos con guitarra en mano. Chicos tiernos, jugosos... no sé si crujientes. Habrá que ver. El líder tendrá 17, usa camisa a cuadros, celeste, arremangada, metida en el pantalón raído. Su guitarra ha batallado, ha gritado, ha murmurado. Es azul y color madera. El compañero parece más callado, se limita a hacer el punteo correcto de la canción. Dan gracias al cielo por un hermoso día, por la belleza de esta mañana. Parece que cantarán alabanzas, me digo, que no estaría mal. Con su saludo, anuncian su primera interpretación. 1) Satisfaction , de los Rolling Stones I can't get no satisfaction I can't get no satisfaction 'cause i try and i try and i try and i try I can't get no, i can't get no Y con su I try... I try sacan sonrisas, bajan la tensión, por un instante olvida uno que h

Carta a Ana Vilma de Escobar

Señora Ana Vilma, permítame dejar de llamarle señora para que, como vos querés, te trate como se le trata al populacho: de vos. No te sintás ofendida por el voceo. Nosotros acá en la calle así somos. Anduve mirusquiando algunas fotos en las que aparecés, y quizá me permitiré explicarte un par de cositas. Como sos nueva en estos lares, pues no estaría mal que te consigás un asesor que venga de “abajo” para que te explique cómo va la cosa por acá. Como a nadie de tu campaña se le prendió el foco, o quizá sí consultaron Maquiavelo, pero no de la manera más precisa, entonces permitime comentar. Si Maquiavelo dice en El Príncipe que “te acerqués al pueblo”, que tus ministros, o vos, hablen su idioma, también tenés que tener en cuenta que acá abajo otro mundo es. Te muestro algunas acciones que quizá, quiero creer, hiciste con buena intención... pero que no fueron de agrado. Los choripanes Empezaste tu campaña para diputada con los choripanes de El chino. Un alimento bien apreciado por

Madres que rezan

 La primera vez que le vi me pareció un monumento, una diosa, una roquera indómita también. Una no sabe muy bien cómo es que hace clic con ciertas personas y eso me pasó a mí con Sara. Supongo que se va a sonrojar porque escriba de ella, pero que la zoque, que se aguante, es el punto de vista de mi texto y qué mejor manera de comenzar que con un personaje fuerte, bien fuerte. Ella me hizo explorar otros límites, les cuento. Hacía mucho que no tenía un arrebato de escritora, porque yo soy sí, de arrebatos, impulsiva y poco pensadora para algunas cosas. Para escribir, me gusta que me posea un nosequé. Musas dirán algunos, pero a mí esas viejas no me hacen ojitos. Prefiero pensar en un huracán interno. Y por eso estoy en este lío. Sin ánimo de irme por las ramas, recién entro al campo de las artistas plásticas . Eso les dije a mis amigos en broma cuando les invité a la próxima exhibición del Museo de Arte (MARTE). Todo comenzó con un correo muy largo, bello eso sí (Sara, son bien largos),