Estoy harta de que la gente me diga que Gracias a Dios hay trabajo. Fastidiada de que crean que lo que hago donde trabajo es grande, que importa. Eso es mentira.
Es cierto, tengo una mesa, una máquina PC y miles de cosas más que cien mil gentes no tienen. Que soy malagradecida, que porque jamás he pasado por donde asustan. Que ya quisieran verme en una maquila para que deje de decir tonterías.
He sufrido poco, muy poco. Jamás me ha faltado el empleo. Dirán que no tengo solvencia moral para opinar sobre la bendición del Altísimo y que ojalá me parta un rayo por ser así.
Cuando nací me pusieron una etiqueta: salvadoreña. Y a mí y a todos ustedes el Estado salvadoreño nos dijo que "Toda persona tiene derecho a la vida... a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión" y blablablá.
Cuando me bautizaron donde me bautizaron la Iglesia me dijo que trabajo era "contribuir al continuo progreso de las ciencias y la técnica, y sobre todo a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad con sus hermanos".
Y ahora la OIT dice que un trabajo decente es el que resume las aspiraciones de las personas en su campo laboral.
Soy malagradecida. Ya lo sé.
¿Cuáles aspiraciones? ¿Aspiro a repetir por mil días mi suerte para pagar los recibos y dar de comer? ¿Qué de la creación, qué de esa elevación espiritual?
De eso no hay.
Leía el otro día el blog de Gardo, un amigo ilustrador (imperativo es que lo vean, el video es formidable), y él preguntaba simplemente si la plata era el motor para crear. Varios días estuve pensando y recordé la pirámide de Maslow, esa que explica que en la base están las necesidades básicas fisiológicas, luego las de seguridad (aquí entra el empleo, casa y obteción de recursos) y luego siguen elementos tan banales como la filiación (amistad, amor), ego (reconocimiento) y allá bien bien arriba la autorrealización.
¿Por qué diablos tiene que estar tan arriba?
En un país como el mío está candela (difícil) suplir esa necesidad de autorrealizarse. Vivimos pensando en que hay que llenar la panza que poco tiempo queda para ver si de casualidad podemos ser felices.
Estoy en desacuerdo con la postura de muchos párrocos amigos de mi madre en que uno debe estar siempre humilde y que ese lugar mínimo es grande y que hay que agradecérselo a Dios.
Perdónenme, pero Dios no tiene nada que ver con que el desempleo suba en el país. Y que los gobernantes sean incapaces de proveerlo, no tiene nada que ver con que el 6% del drawback se lo devuelvan a los más pistudos cuando podría promoverse un programa de microcréditos para las pequeñas y microempresas. No, no lo hacen, y Dios no puede hacer nada porque este es un país laico y soberano.
Él ya tiene mucho trabajo consolándonos como para que nosotros no hagamos el nuestro (digo, los funcionarios).
Puedo sonar a bochincera, pero no deberíamos (como deseo) estar pensando en solo llenar la barriga. Por ahí debe haber un mecanismo para que todos los que trabajamos hagamos lo que nos gusta (eso que mi buen Don Paco llamaba vocación) y hacerlo con honor, porque de verdad nos place hacer esa tarea.
No deberíamos estudiar algo para luego trabajar de lo que sea porque no hay manera de posicionarse. Que el mercado es competitivo, que usté mejor hágase una maestría...
¡Pura mierda!
Aquí no sé qué mecanismo está funcionando, pero mi bro es ingeniero y ni así le dan chance. Mi amiga es abogada y ni así puede hacer justicia.
Yo soy lo que soy y trabajo con lo que mi viejo me enseñó en la primaria, no con mi título.
Jodidos estamos.
¿Qué de la autorrealización? Ay, ¡por qué se infravalora tanto?
¡Y aquí nadie piense en eso!
¿Autorrealizarse?, callate Maslow, eso no existe.
¡Usté mejor váyase, fúmese un porro y déjenos estar! Este país funciona así: que se peleen por el pan, pues, si no, no trabajan.
Trabajo digno le dicen.
*
Es cierto, tengo una mesa, una máquina PC y miles de cosas más que cien mil gentes no tienen. Que soy malagradecida, que porque jamás he pasado por donde asustan. Que ya quisieran verme en una maquila para que deje de decir tonterías.
He sufrido poco, muy poco. Jamás me ha faltado el empleo. Dirán que no tengo solvencia moral para opinar sobre la bendición del Altísimo y que ojalá me parta un rayo por ser así.
Cuando nací me pusieron una etiqueta: salvadoreña. Y a mí y a todos ustedes el Estado salvadoreño nos dijo que "Toda persona tiene derecho a la vida... a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión" y blablablá.
Cuando me bautizaron donde me bautizaron la Iglesia me dijo que trabajo era "contribuir al continuo progreso de las ciencias y la técnica, y sobre todo a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad con sus hermanos".
Y ahora la OIT dice que un trabajo decente es el que resume las aspiraciones de las personas en su campo laboral.
Soy malagradecida. Ya lo sé.
¿Cuáles aspiraciones? ¿Aspiro a repetir por mil días mi suerte para pagar los recibos y dar de comer? ¿Qué de la creación, qué de esa elevación espiritual?
De eso no hay.
Leía el otro día el blog de Gardo, un amigo ilustrador (imperativo es que lo vean, el video es formidable), y él preguntaba simplemente si la plata era el motor para crear. Varios días estuve pensando y recordé la pirámide de Maslow, esa que explica que en la base están las necesidades básicas fisiológicas, luego las de seguridad (aquí entra el empleo, casa y obteción de recursos) y luego siguen elementos tan banales como la filiación (amistad, amor), ego (reconocimiento) y allá bien bien arriba la autorrealización.
¿Por qué diablos tiene que estar tan arriba?
En un país como el mío está candela (difícil) suplir esa necesidad de autorrealizarse. Vivimos pensando en que hay que llenar la panza que poco tiempo queda para ver si de casualidad podemos ser felices.
Estoy en desacuerdo con la postura de muchos párrocos amigos de mi madre en que uno debe estar siempre humilde y que ese lugar mínimo es grande y que hay que agradecérselo a Dios.
Perdónenme, pero Dios no tiene nada que ver con que el desempleo suba en el país. Y que los gobernantes sean incapaces de proveerlo, no tiene nada que ver con que el 6% del drawback se lo devuelvan a los más pistudos cuando podría promoverse un programa de microcréditos para las pequeñas y microempresas. No, no lo hacen, y Dios no puede hacer nada porque este es un país laico y soberano.
Él ya tiene mucho trabajo consolándonos como para que nosotros no hagamos el nuestro (digo, los funcionarios).
Puedo sonar a bochincera, pero no deberíamos (como deseo) estar pensando en solo llenar la barriga. Por ahí debe haber un mecanismo para que todos los que trabajamos hagamos lo que nos gusta (eso que mi buen Don Paco llamaba vocación) y hacerlo con honor, porque de verdad nos place hacer esa tarea.
No deberíamos estudiar algo para luego trabajar de lo que sea porque no hay manera de posicionarse. Que el mercado es competitivo, que usté mejor hágase una maestría...
¡Pura mierda!
Aquí no sé qué mecanismo está funcionando, pero mi bro es ingeniero y ni así le dan chance. Mi amiga es abogada y ni así puede hacer justicia.
Yo soy lo que soy y trabajo con lo que mi viejo me enseñó en la primaria, no con mi título.
Jodidos estamos.
¿Qué de la autorrealización? Ay, ¡por qué se infravalora tanto?
¡Y aquí nadie piense en eso!
¿Autorrealizarse?, callate Maslow, eso no existe.
¡Usté mejor váyase, fúmese un porro y déjenos estar! Este país funciona así: que se peleen por el pan, pues, si no, no trabajan.
Trabajo digno le dicen.
*
Comentarios
A pesar de mis logros hasta el día de hoy si mi madre me ve tocando una guitarra me dice q deje de perder el tiempo:)
Buen post.
Para mi, la realizacion seria volver alla, a ese pequenio terreno jodido y bello.
No me molesta trabajar en otra cosa distinta a mi carrera, siempre y cuando pueda contar historias, en el formato que sea: textos, videos, audios... como sea.
Amo las historias.
Y por cierto, GRACIAS a Mauricio Funes por su excelente gestión pública que nos hace trabajar el doble para tener un poder adquisitivo de la mitad o mucho menos...
¿Por qué yo no solo puedo ser actriz y escribidora de lo que sea?
Si no es posible encontrar realizacion en el trabajo, ¿sera posible encontrarla en algo mas? yo creo que si.