¿Qué es quererse un poco? ¿Cómo sé que me estimo un poco? Las respuestas variarán depende de quién conteste. Hace unas semanas tuve el privilegio de asistir a una colega maravillosa en un proceso terapéutico con mujeres mayores de 40 años (yo, por supuesto, entraba en la categoría). Por secreto profesional, no podré describir las dinámicas, pero sí contaré qué aprendí. 1) A veces creemos que estamos solas y abandonadas, pero si recordamos a lo largo de nuestra vida, a veces hemos recibido ayuda de personas que ni si quiera imaginábamos. ¿Hubo una compañera de clase que te prestó su cuaderno porque tenía mejores apuntes? ¿Alguien alguna vez te compartió de su propia comida? ¿Te han recomendado sin ningún interés para un trabajo? Y si lo pensamos bien, pues siempre hay alguien que tiende una mano. A veces queremos que sean las personas importantes en nuestra vida, pero no siempre ocurre así. 2) Soy valiosa, soy suficiente. En un mundo de autoexigencias comerciales, es vital recordar...
Hay multitud de interpretaciones como intérpretes tiene el mundo. El gran intérprete no existe. Ahí van mis distracciones.