Cuando mi hermano tenía ocho años e iba a segundo grado tenía un libro que se titulaba "Urbanidad". Ligero, con ilustraciones del estilo de libro de texto de estudios sociales, rojo, y letras redondas y grandes.
A los siete años leí "Urbanidad", y desde entonces supe que había que llevar pañuelo, decir por favor y gracias, ceder asientos a los ancianos en los buses y, sobre todo, contestar mensajes y llamadas con un: ¿puedo ayudarte? o lamento no poder ir, pero muchas gracias.
Los hombres deberían leer y memorizar en último apartado.
Hombres: por la región sobrepoblada de cien mil mujeres antojadizas de la calle... ¡¡DEVUELVAN LAS LLAMADAS!!
Sigo sin entender por qué cuando una les llama e invita dicen sí, que avisarán, pero no avisan. La vida es simple. Yo soy práctica.
A mí si me dan ganas de salir con alguien llamo. Y si no quiero salir con alguien, pues no llamo o digo que no puedo o no quiero ir, y no voy. Simple.
La vida sería mucho más maravillosa si no pasáramos pensando en que van a confirmar una salida. No.
No siempre que les llamamos es que estamos necesitadas de una relación enfermiza dependiente o lo que a ustedes se les pase por la mente. No.
Si les llamamos y les interesa salir, pues no sean idiotas y salgan con nosotras. Si no les interesa, pues no sean idiotas y vayan por obligación, digan no, y no nos jodan el rato. Y ustedes, no solo llamen cuando les apetece fornicar.
Si ustedes dicen no, plácidamente nosotras repasaremos la agenda de nuestro móvil y llamaremos a alguien más. Simple. No creemos que alguno de ustedes en particular sea el ombligo del mundo. ¡Pero por la grandísima Patagonia, contesten aunque sea con un mu!
Yo propongo que vivamos en paz, que salgamos a tomarnos unos roncitos o una cerveza, pero no me hagan esperar que timbre el aparato este... seamos por lo menos civilizados.
(Y yo a vos, flaquito, en puta te vuelvo a llamar.)
A los siete años leí "Urbanidad", y desde entonces supe que había que llevar pañuelo, decir por favor y gracias, ceder asientos a los ancianos en los buses y, sobre todo, contestar mensajes y llamadas con un: ¿puedo ayudarte? o lamento no poder ir, pero muchas gracias.
Los hombres deberían leer y memorizar en último apartado.
Hombres: por la región sobrepoblada de cien mil mujeres antojadizas de la calle... ¡¡DEVUELVAN LAS LLAMADAS!!
Sigo sin entender por qué cuando una les llama e invita dicen sí, que avisarán, pero no avisan. La vida es simple. Yo soy práctica.
A mí si me dan ganas de salir con alguien llamo. Y si no quiero salir con alguien, pues no llamo o digo que no puedo o no quiero ir, y no voy. Simple.
La vida sería mucho más maravillosa si no pasáramos pensando en que van a confirmar una salida. No.
No siempre que les llamamos es que estamos necesitadas de una relación enfermiza dependiente o lo que a ustedes se les pase por la mente. No.
Si les llamamos y les interesa salir, pues no sean idiotas y salgan con nosotras. Si no les interesa, pues no sean idiotas y vayan por obligación, digan no, y no nos jodan el rato. Y ustedes, no solo llamen cuando les apetece fornicar.
Si ustedes dicen no, plácidamente nosotras repasaremos la agenda de nuestro móvil y llamaremos a alguien más. Simple. No creemos que alguno de ustedes en particular sea el ombligo del mundo. ¡Pero por la grandísima Patagonia, contesten aunque sea con un mu!
Yo propongo que vivamos en paz, que salgamos a tomarnos unos roncitos o una cerveza, pero no me hagan esperar que timbre el aparato este... seamos por lo menos civilizados.
(Y yo a vos, flaquito, en puta te vuelvo a llamar.)
Comentarios