
Soñé que él compraba zapatos y no dudaba en elegir unos que eran color café.
Eran los más hermosos, para ser honesta.
Ray no dudó en saludarme cuando, alarmada y entusiasmada, esquivé cuanto obstáculo pude para ir a verlo... verlo un instante.
Ray Charles en la zapatería y todo el mundo seguía igual. Mi mundo no. Me pidió que le describiera a quiénes le pertenecían aquellas voces semiinfantiles. Unas chicas que se iban y pasaban de largo. Usa camisa de flores verdes, le dije. Sonrió, e hizo esa mueca con la boca, barbilla y finalmente ese movimiento como tic nervioso que hacía que su brazo y pierna se elevaran. Estaba hermoso todo él.
Anoche soñé que hablaba con Ray Charles.
Y fue una exquisita sorpresa... porque hace años yo sin llegar a mis quince, y con esa versión rara de Hit the road Jack sacada de una cinta magnética de Garfield..., solo supe que lo amaba.
Un brindis por vos, Ray.
PD: Esta versión con Clapton también es buena. Y esta, no se pierdan esta... ingratas... ¡buenísimas!
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