Precios de locura. Alístese: el viernes negro ha llegado. ¿No le suena? Pero si estamos tan globalizados, ¿cómo es posible que aún no tengamos nuestra fiesta de viernes negro?
Comerciantes, están atrasados. Eso se llama no ser proactivo, falta de creatividad (de esa plagiadora e imitadora de barbarie, de esa importada).
Allá en el norte gringo se aprovecha bien el cuarto viernes de noviembre para comprar todo lo que siempre hemos deseado. Quedó muy bien la fecha, es el día después de Dar Gracias. Exijamos nuestro derecho: también queremos un viernes negro.
Lo primordial para festejar un buen viernes negro es atender las ofertas con obediencia, así que saque todo su dinero disponible (tarjetas incluidas), luego súbase a su carro y corra contrarreloj para llegar a los centros comerciales.
Ya le conté, las ofertas son de locura. No es un invento. Hemos soñado todo el año con 60% de descuento, con promociones al dos por uno, el segundo artículo regalado. Es nuestro sueño hecho realidad: pagar hasta enero y cero prima. ¡Que su familia pague en Estados Unidos! ¿Acaso no es tentador?
De ahora en adelante denomínese como el Cazaofertas. Sí, un justiciero que busca arrebatarle a los usureros ese beneficio llamado «ganancia». Nosotros también nos merecemos una tajadita.
Al fin y al cabo, esta época es para hacernos felices. ¿No?
Pasos para ser un buen Cazaofertas:
Uno: este viernes pida permiso en el trabajo para poder estar desde las seis de la mañana en los centros comerciales. Que nadie se lleve «eso» que usted ha estado deseando tanto. «Al que madruga…»
Dos: Si no quiere salir, pida todo por internet. El plástico aguanta con todo. (Aunque también es emocionante pasearse entre los escaparates, así compra algo que no esperaba: ¡abrace la espontaneidad!)
Tres: ¿Que topará las tarjetas? ¡No se preocupe! Ya viene el aguinaldo y el bono. ¿El colegio de los niños? ¡Relájese! Solo guarde un poquito de la segunda quincena de diciembre… Pero por favor, no sacrifique los «cuetes», son el alma de la fiesta. (Compre de los de a metro o las ametralladoras de colores: nos encantan porque nos recuerdan a las bombas de los ochenta.)
Cuatro: Muestre su amor con regalos (absurdos): su esposa siempre ha querido un vestidito de diseñador. Regáleselo. No sea tacaño. Lo más importante es verse espectacular.
Cinco: Consiéntase: señora, usted siempre quiso otro plasma para ver la novela y las películas. ¡Ahora es cuando! ¿Que se resquebraja la unidad familiar? (¡Esto es una familia?) Vamos, seamos realistas: ¿qué hay mejor que contemplar estupefactas TVyNovelas o una película en formato 3D? Eso es la felicidad.
Seis: A las niñas, muñecas; a los niños, videojuegos de guerra. No hay dónde perderse. Que vayan practicando desde ya para lo que serán útiles en la vida.
Siete: Usted necesita (anhela) un teléfono con redes sociales y una laptop con supercámara web. Imagínese, así podrá saludar a todos los vecinos de su cuadra sin tener que salir de su casa. ¡Es espectacular!
Y por último, jamás se deje llamar «consumista». Explíqueles que son las nuevas necesidades. Antes todo era aburrido y nos consolábamos comiendo juntos una cena porque era lo que había. Ahora no, la diversión no espera, la entretención tampoco. Además, ha trabajado tanto… ¡Cómo no consentirse!
Es víspera de… ¿Navidad? Pero nosotros ya no la celebramos, es que verán, ha pasado un poco de moda. ¿Que quién nace? No lo recordamos, solo sabemos que Santa Claus baja por las chimeneas de este país tropical. Perdonen nuestra distracción, es que están sonando las ofertas… ¡Tengan un feliz Viernes Negro!
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